viernes, 6 de junio de 2014

Quizá es la letra.


No recuerdo cuándo conocí a Sean Lennon. Lo que si tengo en la cabeza es la canción que le escuché por primera vez y era ésta. Supongo fue la letra que empata mucho con lo que pienso. No somos inamovibles ni únicos. No estamos cerca de ser eternos y muestra de ello es que no podemos contemplar el tiempo con soltura dado que nuestra vida es relativamente lenta y cuando apenas ocurre un instante hemos muerto ya.
¿Cuántos no están muertos antes de nacer? ¿No lo estamos todos?

¿Qué me asegura que tras cerrar los ojos todos a los que quiero no dejan de existir?
Quizá soy un soñador fantástico que sueña sin darse cuenta a su mujer, a su madre, a su origen y gente. Igual soy una célula solitaria soñando con millones de años de evolución que me obligarán a apuñalarme para ser dos, tres, millones que no conozco que vienen del mismo caldo de origen lleno de pudredumbre y esperanza.
Inclusive podría ser un personaje de relleno del sueño de alguien que ni me conoce y de ahí mi simplismo y vacío irremediable.

Sin embargo es fantástico despertar con la sensación de haber soñado aunque no recuerdo mis sueños. Eso me dice que ahí adentro, en algún sitio dentro de mi cabeza alguien lucha por salir y no soy yo...
Somos sueños que sueñan.