Es curiosa la existencia de una estatua.
Algunas son bellas y otras no, seguramente tienen recuerdos, añorarán cosas y a menudo sentirán frío.
A veces me gustaría ser firme como una estatua, tristemente no tengo corazón de piedra.
Están ahí para escuchar siempre, confinadas a la sabiduría del silencio.
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