jueves, 23 de agosto de 2012

El fin de la sociedad.


Anochece y el ambiente está húmedo. Llueve.
El cielo apenas se aprecia, no hay Luna, ni sonrisas, sí, mucha gente, pero ninguna sonríe. La ciudad entera dormirá como incendiada si se aprecia desde el espacio, fuego en cada casa, en cada calle, en cada rincón. Algunos vagabundos se refugían de la vida y buscan sobrevivir al silencio y soledad, se les ve con desdén, la mayoría de las veces no se les ve, parece que la lluvia los desaparece y que su frío no existe, son como fantasmas humeantes en una sociedad llena de perfume, máscaras y vicios.
Aquellos apestados vagabundos son en realidad quizá, los únicos que han tomado una decisión en su vida, no ese camino que creemos elegir y al final no resulta en más que el tomar una opción de entre muchas predispuestas. Ellos eligen no elegir.
Algunos mueren, otros se mueren y otros se matan. Aquellos que eligen la muerte, el premeditado suicidio, no rechazan la sociedad, rechazan la vida que es muy distinta. Si usted elige el suicidio al menos debería morir en un buen sitio, imagine su alma vagando en el limbo llorando cada minuto por finalizarse de formas horribles.
Algunas veces no sé si estoy muerto o vivo. Pensando en la nada me describo a menudo cuando comienzo a tratar de descubrir si vivo. Si aún estoy vivo. Ahí late mi corazón, mi presente, la gente, mi gente, mis dedos mi cabello y mi vista. Aún percibo aromas. Pero no, creo que no estoy vivo.
Respiro, pero preocupado me percato de que detrás de mi corazón tambaleante y rítmico no existe nada más.

REmi

2 comentarios:

  1. Sin pretender ser irrespetuosa, pareciese algún delirio, quiero decir, tu sentir, la confusión de la vida y la muerte, los aromas, latidos; etc. Me sonó como un episodio fugaz de depresión psicótica.

    Me gustó aquella parte de "la lluvia los desaparece y que su frío no existe", tenemos ese feo fenómeno social de mirar hacia otro lado, como si no sucediese.

    Menos mal que no creo en eso del limbo, sufriría mucho creyendo que un ser querido en particular, anda por allí vagando, el pobre. En cambio, puedo pensar, ¡las pelotas que tuvo al hacerlo!... spechless.

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  2. Ninguna falta de respeto. Curiosamente ahora mismo no estoy deprimido. Pero veo la realidad de mi amado país. México.
    Veo lo que se vive en toda América Latina y me doy cuenta que ese cosmovisón particular desaparece ante el modernismo. _Desaparece frente a la necesidad de tener una pantalla enfrente todo el tiempo y de elegir cosas que no tienen sentido.
    Trabajo desde hace años y afortunadamente aún creo que cuando trabajo es porque no tengo nad mejor qué hacer en el momento.
    Vea a la gente a su alrededor: computadores, celulares, televisiones y ropa costosa. La gente se queda ciega y no mira el horizonte ya. La gente de algún modo ha logrado estar muerta por su propia elección.

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