miércoles, 27 de octubre de 2010

La vida no es un espacio vacío.

Una vez me dijeron que yo era extraño.
No especial, pero si extraño, me dijeron que todos generalmente cuando se presentan hablan bien de sí mismos, que después uno era el que conocía lo malo de esa persona, sin embargo ese día que conocí a ese alguien me hizo ver que yo no hablaba bien de mí.
La vida no es un espacio vacío que debamos llenar con cosas que coleccionamos a lo largo de nuestra vida entera.
Triste me parece que desde hace mucho perdí el interés en impresionar a la gente, lo que hoy me gustaría es acabar esa novela larga que me ha llevado tantos años no escribir y que hoy en la mañana me parece no llegarà a su final jamás. A lo lejos se ve a veces de más años de los que tiene, otras de menos y si fuera una persona tendría unos labios medianos rosados mordidos de angustia.
Estas últimas tardes se me han hecho pasibles e imposibles, da angustia verse adentro de rutinas que aceptaste como tu propia vida y de pronto darte cuenta que tu eres el que mantiene esas rutinas vivas.
Esa tarde que me dijeron extraño hacía un viento terrible; parecía que el mundo quería huir a otro lado y buscaba desprenderse de si mismo hasta llegar a algún sitio.
No sé adónde.
Yo observaba una tetera hirviendo mientras contaba las mil y un razones para que nadie creyera que yo era especial. Y es que el ser singular no significa algo bueno necesariamente. Por eso esa tarde en la que las mariposas caían como hojas muertas, el cielo gritaba, los árboles bailaban y la tetera titilaba; de pronto tras escuchar la calificación que no pedí me quedé callado. Estaba ocurriendo un pequeño desastre.

DPMCH

2 comentarios:

  1. mierda, joder, escribís muy bien!, tengo envidia.

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  2. Todos tenemos algo para ser envidiados.
    Seguro a usted le envidiaría muchas cosas.
    Especialmente esta mañana de Lunes.

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